¿Compras inteligentes? – 4 Reglas

¿Compras inteligentes? – 4 Reglas 

Es probable que hayas escuchado sobre las “Casas Inteligentes” controladas desde el “teléfono inteligente” (smartphone) y su industria en expansión. Pero, aquí, trataremos de la fórmula: “Compras Inteligentes” – 4 Reglas

Comprar es un aprendizaje esencial en nuestras sociedades. Por la sencilla razón de que no producimos, lo que necesitamos. Las alternativas de compra directa en tiendas o mediante internet, se multiplican. Y eso afecta la vida personal, familiar y profesional. 

Esta entrada, nace de la preocupación por el “acoso o violencia comercial”, especialmente, durante campañas como la de Black Friday y ante la próxima navidad. Por eso, te contaré ¿qué son las compras inteligentes? y su importancia, junto con 4 recomendaciones básicas. Te ayudará a mejorar tu economía, tus relaciones interpersonales y el conocimiento propio. 

¿Qué es una compra inteligente? 

Comprar es adquirir un bien o servicio a cambio de una prestación económica. Este intercambio también se relaciona con la forma de ser y establecer conexión social, así como con los valores de carácter económico, personal, social y cultural.

En general, se habla de una “compra inteligente” cuando hay un “balance entre la calidad del producto o servicio y su precio”. Una noción limitada a la perspectiva económico comercial. Creo, por varias razones, que necesitamos ir más allá de esa perspectiva.

¿Y eso qué significa? Enseguida lo vemos.

La compras inteligentes – el “click” suspendido

Parto de la idea, simplificada pero bastante ilustrativa, que una compra inteligente es aquella en la que “ponemos el cerebro a funcionar, antes de dar el click en el smartphone o pasar el cartón de crédito”.

Es decir, mantenemos  cierta capacidad de agencia o control de los objetivos y propósitos, de lo que hacemos, tenemos y queremos. En este caso, me refiero a la compra a realizar.

Y ello nos permite suspender la acción de comprar impulsivamente o, bajo el efecto del acoso comercial que vivimos.

En otras palabras, es posible adoptar medidas y prácticas que permitan suspender el impulso de una compra inmediata y ponderar, si resulta o no conveniente. Entonces, podrá convertirse en una “compra intencionada”. De la que quedamos satisfechas, en el momento presente y futuro.

Y eso es algo, que también se relaciona, con el objetivo final de comprar y la vida humana, su desarrollo y necesidades.

Al contrario, de las “compras locas, locas”, cargadas de la euforia de la temporada y de espontaneidad, aceleración y sinrazón.

El comercio actual funciona apoyado en la neurociencia y la psicología, así como la tecnología digital. Al no saber o entenderlo, tenemos poca o ninguna conciencia sobre cómo se nos “obliga y atrapa para comprar”. Ve, por ejemplo, el marketing multisensorial. ¡Te sorprenderá!

Lo que resulta aún más acuciante, dada la crisis económica global, por el Covid19. Así, se desata la corrida de las economías nacionales por su recuperación. Y en su agresivo esfuerzo, no importa lo que se llevan por el camino…

Las compras inteligentes y sus 4 medidas, en acción

Enseguida pasamos a describir la fórmula: Compras inteligentes – 4 Reglas.

A medida que nos abrimos a una vida más genuina, nos preguntamos cómo crear experiencias más conscientes y relacionadas con la revitalización de las conexiones humanas más profundas y enriquecedoras.

La navidad puede ser una época que aproxime a las personas, despierte lo mejor de ellas y las comprometa por un mundo mejor. En ese contexto un presente/donación/oferta pueden ayudar para tales objetivos. Pero, necesitamos realizarlos con cierta estrategia y trabajo de fondo.

En este sentido, desde la perspectiva de la compra inteligente “regalar” procura un impacto en la vida de las personas y de los seres queridos.

La fórmula “compras inteligentes” – 4 Reglas   Bolsa de compra

1. Planificar y dedicar tiempo para informarte

Buscar información de productos o servicios específicos y, especialmente, de la(s)persona(s) a la(s) que regalaremos, es una fase ineludible.

Las tecnologías digitales aportan una información cada vez más refinada de productos o servicios y ya incluyen perfiles de compradoras/es personalizados. De hecho, se invierte un montón de dinero para crear sistemas y experiencias de compra que sean cada vez más orientadas y eficientes.

No obstante, todavía es frecuente escuchar: “no sé qué puedo regalarle…”. O también la experiencia de quedarse sin saber cómo reaccionar ante un regalo con el que no nos identificamos. Ni siquiera sabremos qué hacer con esto, hasta decidirnos desecharlo. Y, aún peor, nuestro agradecimiento se verá empañado por la desilusión.

Casi siempre, se presupone o relega a un segundo plano la cuestión ¿Qué conocimiento real tenemos de las personas y especialmente, nuestros seres queridos? Tal vez, porque no se obtiene con un simple click…

Sin embargo, la falta de este conocimiento personal al regalar, aún con la mejor intención y aprecio, puede generar errores, malentendidos y conflictos, sensación de falta de respeto.

Ese conocimiento pasa por saber sus gustos o preferencias, intereses, estilo de vida, necesidades. O, incluso, por el momento actual de su vida, ya que todo cambia.

No resulta fácil acceder a esa información, en parte, porque no hay un simple click…Luego, exige dedicación, conversación y tiempo. Pero, vale la pena.

Si no te atreves a preguntar directamente, puedes realizar el papel de observadora silenciosa o recurrir a sus conocidos.

2. Comprar de forma ”intencionada” y “con sentido”

La intencionalidad y el sentido son ingredientes de una compra inteligente y humanizada.  Esta conjuga la información sobre el producto o servicio y el conocimiento de la persona individual con la pregunta: ¿Qué experiencia pretendo tener o suscitar con esa compra o regalo?

Pues, regalar u obsequiar presupone una interacción humana. Y su objetivo puede ser de felicitar, agasajar u homenajear. Pero siempre asociado a la transmisión de un mensaje de amor, gratitud o respeto.

Esto no es más que pasar del proceso informativo al de la comprensión del sentido del dar y recibir, conectar. Por lo que afianzamos la confianza y el compromiso de la interrelación. Algo distante de la transacción de regalos y de la “compra de las personas”.

Al final, dar un presente, es una forma de comprendernos en la relación con los demás (percepciones, actitudes, creencias…) y de valorar su aporte positivo para nuestra vida.

3. Ser una compra creativa y sustentable.

En la aventura de las relaciones interpersonales y con una misma, comprendernos, lo que somos y lo que hacemos. Participar en actividades o momentos de creación conjunta, ayuda a cimentar esas relaciones.

Eso se puede aplicar a una amplia variedad de ámbitos en los que podemos conseguir producir cambios cualitativos, a nivel personal y de los demás.

¿Por qué no estimular los caminos de co-creación en la entrega de regalos?

    • Una pequeña nota, bonita y matizada en su expresión, puede ser deliciosa.
    • Un video o foto del camino en dónde nos encontramos, de los momentos vividos, un compendio de las músicas que escuchamos, serán recuerdos que perduren para siempre.
    • Algún recurso que genere un sueño compartido y/o una experiencia imperdible…También puede emocionar. Por algo, los viajes y experiencias radicales tienen bastante demanda. ¿Y quién dijo que tienen que ser al extranjero o al monte Everest?

Una compra creativa y sustentable, no deja en quiebra a nadie. Pero, además, es un motivo de crecimiento.

Al mismo tiempo, revela opciones congruentes, de visión y compromiso sobre las personas y las cosas, la ecología y los canales de compra. Por ejemplo, se puede apoyar el comercio local o bien, si está en condiciones, realizar una compra de segunda mano.

Las diferencias etarias y culturales, así como los estilos de comunicación deben ser considerados. Todo ello contribuye a crear y mantener un ambiente cómodo, agradable y eficiente. Y una dinámica de crecimiento.

4. Evita que te “claven” una compra

Nos “clavan” o empujan a una compra no inteligente, cuando consiguen:

    • Inundar y saturarte con mensajes de compra – no solicitados-, a toda hora y por todos los medios (correo electrónico, whatsapp, facebook, etc.)
    • Envolverte, apelando a sentimientos, lazos familiares y de amistades, estatus, vida con estilo, etc.
    • Imprimir en tí el “modo de urgencia”, causando la sensación de carestía y el agotamiento rápido del producto o servicio.
    • Insistir con las ventajosas forma de pago fácil e inmediato

Todo ello convierte el comprar y regalar en una obligación social.

Si dar una vuelta por los centros comerciales puede distraer, cuando estamos en baja forma anímica, es semejante a ponerse en la boca de un león. En ese momento, parece que comprar cualquier cosa, nos alivia.

No es fácil frenar la euforia de las campañas comerciales y la temporada navideña. Tampoco librarse de las sofisticadas técnicas de ventas. Te deseo que esta época sea diferente…

Al final, las 4 Reglas para “compras inteligentes”

Nos recuerdan que comprar y regalar son formas de relacionarse y expresarse. Además, reflejan el conocimiento propio y lo que sabemos de nuestras relaciones y cómo las consideramos.

Cualquier compra está condicionada por la información, la temporada de compra, la economía personal, el estado emocional, el canal de compra, etc., y nos condiciona.

La fórmula ¿Compras inteligentes? 4 Reglas, garantiza lucidez, intencionalidad, responsabilidad y sentido. Por eso, van más allá del balance económico (producto/servicio y el precio). Entre otras razones, porque buscan promover conexión humana profunda y subrayar la dimensión emocional, del comprar y regalar.

¡Comprar y regalar puede ser un acto de mindfulness! Pero, necesitamos reaprender a socializar y celebrar de nuevo, el amor y el aprecio.

Y no lo olvides, asegúrate que tu cerebro esté funcionando, antes de avanzar… ¡Para que no te vuelvan a vender la navidad!

Te dejo, continuaremos pensando y preguntándonos.

Si tienes alguna duda, o necesitas ayuda informática, contacta 

Diana V.

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